El presidente de la Corte Suprema, Juan Eduardo Fuentes Belmar, encabezó un homenaje a Arturo Prat Chacón con motivo de una nueva conmemoración de la fecha en que el héroe nacional juró como abogado, en 1876.
La ocasión elegida fue una ceremonia de juramento de abogadas y abogados en que participaron postulantes desde Arica, Iquique, Valparaíso, Talca, Chillán, Punta Arenas y Santiago. Asistieron, además, el Auditor general de la Armada, Francisco Figueroa Grover; el capitán de navío JT, Matías Howard Ripamonti; el presidente Centro de ex Cadetes y Oficiales de la Armada, Caleuche, Roberto Macchiavello Marceli; y el decano de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, Pablo Ruiz-Tagle Vial.
“Hace ya casi 147 años el primer oficial de la Armada de Chile en obtener el título de abogado juraba ante los miembros de la Corte Suprema, tal como lo hacen ustedes el día de hoy. Un 31 de julio de 1876, en dependencias del que fuera el Palacio de la Real Audiencia, que en dicho tiempo era sede de esta Corte y que actualmente aloja al Museo Chileno de Arte Precolombino, rendía su examen final y prestaba juramento ante los Ministros de ese tribunal, el marino, Capitán de Corbeta y, en ese momento, Segundo Comandante de la Esmeralda, señor Arturo Prat Chacón”, destacó.
La autoridad judicial repasó la trayectoria de Arturo Prat, resaltando “su carácter integral y multifacético de su formación y trabajo, del que son sellos indiscutibles su disciplina, auto exigencia y gran sentido de responsabilidad”.
En 1864, con 16 años, egresó como oficial de Marina. Al año siguiente y tras una destacada participación en el combate naval de Papudo que permitió capturar la Covadonga fue ascendido al grado de teniente segundo de la Marina; en 1871 obtuvo el diploma de Bachillerato en Filosofía y Humanidades en el Instituto Nacional; en 1872 ingresó a la Facultad de Derecho en la Universidad de Chile y llevando adelante su carrera estudiando a bordo de la “Esmeralda».
“La memoria de prueba que rindió para obtener el título de abogado da cuenta de la amplitud de visión de Prat y su preocupación por lo público. La obra, titulada “Observaciones a la Ley Electoral Vigente”, fue una revisión de la ley electoral de 1861 y las reformas que se le aplicaron en 1874, atreviéndose a formular propuestas de cambios para superar lagunas, contradicciones y ambigüedades, con gran sentido práctico, las que, según se indica, habrían sido recogidas 50 años después con la generación de la cédula electoral en el año 1925”, narró.
El presidente de la Corte Suprema relevó el rol de defensor que ocupó Prat. “En el ámbito de la justicia, el interés de Arturo Prat se manifiesta incluso antes de avocarse a los estudios formales de derecho. Dos de sus más destacadas defensas de terceros y que son recogidas por sus biógrafos, tuvieron lugar antes de su titulación. Se trata de las defensas realizadas ante los Consejos de Guerra en favor de sus amigos Luis Uribe y Ricardo Owen, a quienes se les acusaba de desobediencia, al no cumplir con los deberes impuestos por sus superiores. Los anhelos de Prat enunciados en ambas defensas para que sus patrocinados fueran juzgados de manera “justa e imparcial”, así como el llamado al Consejo de Guerra a “tomar las cosas desde más lejos”, son muestra del notable sentido de justicia y criterio jurídico con el que se desempeñaba”.
“Lo expresado por el héroe naval no es más que la materialización de valores jurídicos fundamentales sobre los cuales se sostienen las sociedades democráticas, respetuosas de la separación de poderes, pilar fundamental de un estado de derecho, y especialmente de expresiones tan importantes como la independencia e imparcialidad. Saber ejercer la vital función de resguardo de la soberanía y seguridad marina de nuestra República con una voluntad que sólo la muerte pudo detener; ser capaz abrirse paso en la abogacía, en condiciones complejas y siempre con una notable preocupación por lo público; dedicar tiempo a transmitir conocimientos en forma desinteresada y poder llevar adelante el rol de cónyuge y padre en este contexto, sólo nos habla de una persona extraordinaria, que con razón lleva el título de héroe de nuestra República”, concluyó.